Isabel Ortega Sánchez, ganadora del IV Premio de Investigación sobre Violencia de Género

El IV Premio de Investigación sobre Violencia de Género premia el estudio «Cuerpos generizados. La construcción violenta de la diferencia sexual», de Isabel Ortega Sánchez. Isabel Ortega es licenciada en Derecho y en Antropología Social y Cultural y Máster en Relaciones de Género.

El trabajo galardonado ha sido ‘Cuerpos generizados. La construcción violenta de la diferencia sexual’, es una reflexión crítica sobre la construcción de la identidad de género, sobre el cuerpo generizado como tractor de violencia y como apoyo de una identidad individual obligada a conformarse sobre unos cánones y modelos socialmente impuestos. Desde una perspectiva postcolonial, el estudio toma la mutilación genital femenina como categoría de análisis para evidenciar las contradicciones que hay en el tratamiento etnocéntrico occidental de la mutilación genital femenina como un ejercicio más de violencia espiritual que victimiza una monolítica mujer del Tercer Mundo y que evidencia la guerra de culturas presente en el panorama actual.

Este premio lo convoca la Cátedra de Estudios de la Violencia de Género de la Universitat de les Illes Balears, constituida en el marco del convenio de colaboración entre la UIB y el Instituto Balear de la Mujer, que tiene como objetivos principales contribuir a la investigación, el conocimiento y la difusión de los problemas relacionados con la violencia de género.

El estudio recoge tres formas de violencia contra la mujer, la primera es la ablación o mutilación genital femenina, es un instrumento de socialización de la sexualidad mediante la incorporación de la identidad sexual y de género que crea la categoría mujer y le asigna una posición sexual. Estas mutilaciones acaparan la persecución internacional. Se analiza, como forma de violencia aceptada en la sociedad occidental, la mutilación genital femenina por reasignación de sexo, que en el 90 por ciento de los casos comporta la extirpación del tejido genital basándose en la creencia de la cultura occidental en el dimorfismo sexual y que supone construir cuerpos generizados normativamente a través de actos constitutivos de violencia.

Para terminar, la última forma de violencia recogida en este trabajo es la cirugía estética vaginal, basados en una representación cultural de la belleza procedente del mito de la eterna juventud, de la tendencia a la patologización de los signos de la edad y la influencia de una estética procedente de la industria pornográfica.